Debido al serio deterioro de la capa de ozono, que ha afectado seriamente varias partes del mundo, algunas marcas de moda comenzaron a realizar sus desfiles veraniegos con modelos muy blancas, imponiendo una tendencia más saludable para que las mujeres comprendieran que la belleza no va de la mano con la piel tostada, sino de la piel blanca.
Tiempo atrás, la moda era llevar la piel oscura, tonos dorados incluso en meses de invierno, con tal de parecer más saludables. Hoy la tendencia en al revés, lo saludable se refleja en las pieles blancas y transparentes, dejando el fabuloso tono dorado en el baúl de los recuerdos, debido a los alto índices de cáncer a la piel producto de las largas exposiciones al sol.
A veces cuando voy al gimnasio, me siento como un bicho raro entre tantas mujeres de piel dorada que lucirían sin complejos un bikini allí en medio de la sala, qué inconsciencia, digo yo. Lo del tono de la piel ya no lo veo con esa connotación negativa que le daba antes, y he comenzado a aceptar y potenciar el blanco de mi tez.
Con el tiempo, me he dado cuenta que el maquillaje luce mucho más en una piel blanca que en una tostada y admite más combinaciones de colores. La piel blanca es más fácil de combinar con el vestuario, quizás el único pero es que ese tono vampirezco que hoy está de moda y es lo más saludable, aunque llevarlo más de alguna vez ha significado que me pregunten si acaso estoy enferma.
Nunca se consigue dar en el gusto a todos, lo importante es gustarse uno, y si hay alguien que debe decidir si se tuesta o no, es uno, no la moda, ni las opiniones ajenas. Si parezco un vampiro vivo es una cosa personal.