Hablemos de la incontinencia urinaria

¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. Es un problema común, y a menudo embarazoso, que padecen 1 de cada 3 mujeres. También es algo de lo que rara vez se habla.

En la actualidad, sólo 1 de cada 5 mujeres busca ayuda por problemas de incontinencia urinaria. Esto se debe en parte a que pensamos que es inevitable después del parto, y en parte a la vergüenza de hablar de ello.

La gran noticia es que la fisioterapia se considera el tratamiento de primera línea para esta enfermedad y puede suponer un cambio significativo en los síntomas.

Esperamos que en este blog podamos ofrecerte más información sobre la incontinencia urinaria para ayudar a cambiar el estigma que la rodea y hacer que te sientas seguro sobre cómo mejorar tus síntomas y cuándo buscar ayuda y orientación.

¿Cuáles son los diferentes tipos de incontinencia urinaria?

Existen varios tipos de incontinencia urinaria.

  1. Incontinencia urinaria de esfuerzo

Es el tipo más común de incontinencia urinaria.

Se trata de una pérdida de orina cuando la vejiga se ve sometida a una presión repentina. Puede ocurrir al toser, reír o estornudar. También puede ocurrir cuando se levanta algo pesado o cuando se produce un impacto, como al caminar, correr o saltar. La cantidad de pérdidas puede variar desde unas pocas gotas hasta el vaciado completo de la vejiga.

  1. Incontinencia urinaria de urgencia

Es cuando se producen pérdidas de orina tras sentir un deseo repentino de orinar que no se puede posponer. Esto puede ocurrir a menudo de camino al baño o al meter la llave en la puerta de casa.

  1. Incontinencia por rebosamiento

Se produce cuando se experimenta un goteo frecuente o constante de orina al no poder vaciar completamente la vejiga.

  1. Vejiga hiperactiva

Se trata de una situación en la que se padece urgencia, aumento de la frecuencia diurna y nocturna, y puede darse con o sin incontinencia de urgencia. Puede denominarse «vejiga hiperactiva húmeda» o «vejiga hiperactiva seca», dependiendo de si el tenesmo está o no asociado a la incontinencia. Afecta a 1 de cada 5 mujeres mayores de 40 años.

  1. Incontinencia urinaria mixta

Es la pérdida involuntaria de orina asociada a la incontinencia urinaria de esfuerzo y de urgencia.

¿Qué causa la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria puede estar causada por los hábitos cotidianos, el dolor, las condiciones médicas subyacentes o los problemas físicos. Una evaluación por parte de un fisioterapeuta especializado en salud pélvica puede ayudar a determinar la causa de la incontinencia y cuál es el mejor tratamiento.

Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de padecer incontinencia urinaria:

Tu sexo

Las mujeres son más propensas a sufrir incontinencia de esfuerzo. El embarazo, el parto, la menopausia y la anatomía femenina normal explican esta diferencia. Después de dar a luz, una de cada tres mujeres sufre incontinencia urinaria, por lo que es muy común.

Por desgracia, no podemos cambiar nuestra anatomía ni nuestra composición hormonal. Sin embargo, esto no significa que no podamos ayudar a cambiar los síntomas.

La edad

A medida que envejecemos, los músculos de la vejiga y la uretra pierden parte de su fuerza. Los cambios que se producen con la edad reducen la capacidad de retención de la vejiga y aumentan las posibilidades de que se produzca una micción involuntaria. Esta es la razón por la que a menudo nos levantamos para ir al baño por la noche.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la incontinencia urinaria no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.

El sobrepeso

El aumento del peso corporal puede incrementar la presión descendente sobre la vejiga, las estructuras de soporte circundantes y el suelo pélvico. Esto, a su vez, puede debilitarlos y provocar pérdidas de orina.

Es fundamental que hables con tu fisioterapeuta de salud pélvica sobre los cambios de peso, ya que los pequeños cambios en el estilo de vida pueden marcar la diferencia.

Estreñimiento

El recto está situado cerca de la vejiga y comparte muchos de los mismos nervios. Cuando está lleno, también presiona la vejiga y puede provocar una sensación de urgencia.

El estreñimiento crónico y el esfuerzo al ir al baño pueden provocar una mayor presión hacia abajo en el suelo pélvico y el debilitamiento de los músculos que lo rodean.

Fumar

El consumo de tabaco puede aumentar el riesgo de incontinencia urinaria. También puede hacer que tosas con más frecuencia, lo que, de nuevo, provoca una presión repentina hacia abajo en el suelo pélvico y puede hacer que se debilite con el tiempo.

Antecedentes familiares

Las probabilidades de desarrollar incontinencia urinaria, en particular incontinencia de urgencia, son mayores si un familiar cercano también la ha padecido.

Otras enfermedades

Las enfermedades neurológicas como el Parkinson o la esclerosis múltiple, así como la diabetes, pueden aumentar el riesgo de incontinencia. Las infecciones del tracto urinario pueden irritar la vejiga y provocar fuertes deseos de orinar, lo que a veces provoca pérdidas.

También hay ciertos alimentos y bebidas que pueden irritar la vejiga y hacer que tengas que ir a orinar con más frecuencia. Entre ellos se encuentran:

  • Cafeína
  • Bebidas gaseosas
  • Zumos de frutas frescas y bebidas a base de cítricos
  • Alcohol
  • Bebidas que contienen edulcorantes artificiales
  • Chilli
  • Cítricos

¿Qué se puede hacer para la incontinencia urinaria?

Entendemos que algunas cosas, como los antecedentes familiares, no pueden cambiarse. Sin embargo, hay muchas cosas de la lista anterior que sí pueden cambiarse.

Es importante recordar que cada persona es diferente y que el tratamiento dependerá de ti y de tus síntomas.

Si sufres incontinencia urinaria no significa que tengas que tomar medicación o someterte a una intervención quirúrgica. Incluso algunos cambios sencillos en el estilo de vida pueden suponer una gran diferencia en los síntomas, como por ejemplo:

Reducir la cantidad de cafeína que toma o cambiarla por opciones descafeinadas. Esto ayuda, ya que la cafeína aumenta la cantidad de orina que produce el cuerpo. Recuerda que no sólo se encuentra en el té y el café. (también hay grandes cantidades de cafeína en el alcohol y los refrescos de cola).

Intenta beber entre 1,5 y 2 litros de líquido al día. Tanto beber demasiado como muy poco puede empeorar los síntomas. Recuerde que si es muy activo, ha hecho ejercicio o hace mucho calor, puede ser necesario beber un poco más, así que utilícelo como guía.

Mantener un peso corporal saludable. Ver cómo puede ajustar su dieta y su plan de ejercicios para perder el exceso de peso.

Dejar de fumar. Hay muchos grupos de apoyo y servicios disponibles para ayudarle con esto.

Evitar el estreñimiento y los esfuerzos. Utilizar la posición «Squatty Potty» puede ser de gran ayuda.  El simple hecho de levantar los pies sobre un pequeño escalón puede ayudarle a sentirse más cómodo y fomentar la libertad de movimiento.

Y un último consejo rápido para controlar la incontinencia urinaria de esfuerzo…

Si crees que vas a toser, reír, estornudar (a veces es difícil anticiparse, lo sé) o levantar algo pesado, intenta activar el suelo pélvico justo antes de hacerlo. Esto se conoce como «el truco».  Puede suponer una mejora inmediata de los síntomas, así que pruébalo.

¿Qué debes hacer ahora?

Si padece síntomas de incontinencia urinaria, la primera línea de tratamiento es la fisioterapia.

En Fisiococoon, te aconsejamos que reserves una cita con un fisioterapeuta especializado en salud pélvica que pueda realizar una evaluación completa. El fisioterapeuta podrá revisar sus síntomas y abordar todos los factores que puedan estar causándolos. El fisioterapeuta realizará una evaluación exhaustiva de tu estado de ánimo y tu funcionamiento, además de realizar un examen vaginal o interno con tu consentimiento. Estos pasos garantizan que pueda proporcionarle un asesoramiento detallado, educación y apoyo con el objetivo de guiarle de vuelta a sus actividades diarias normales y al ejercicio.

El médico te ayudará a asegurarte de que activas los músculos del suelo pélvico de forma correcta y de que trabajas para mejorar su fuerza y coordinación. Mantener todo arriba y dentro no suele ser la solución, ya que necesitamos que nuestro suelo pélvico se expanda y se contraiga. También pueden ayudarte a realizar adaptaciones en tu estilo de vida para que puedas desenvolverte de forma independiente en el futuro.

En caso de que los síntomas no mejoren adecuadamente con la fisioterapia, también pueden hablar de otras estrategias de gestión y ofrecer apoyo en este sentido, así como ayudar en el proceso de toma de decisiones sobre tratamientos alternativos y cómo acceder a ellos.

Simplemente póngase en contacto con nosotros o reserve una cita para ver cómo podemos ayudarle.